Tabernaemontanacatharinensis vive en bordes de la selva y en bosques abiertos desde Brasil hasta Uruguay; en Argentina se lo encuentra en el NE, llegando hasta Entre Ríos. En una visita a la Reserva Natural Jardín Florido de la ciudad de Florencia lo encontramos poblado de frutas. La especie está presente en todo el Sitio Ramsar Jaaukanigás.



“Es una apocinacea, tiene látex, y la gente en el saber popular lo utilizaba para curar las mordeduras de víboras y lo importante de este saber es que hace poco tiempo salió un estudio científico que dice que, realmente, el látex tiene propiedades para hacer frente a las mordeduras de las serpientes”, repasó Nicolás Insaurralde, que integra el cuerpo de guías de la Reserva Natural Jardín Florido de la ciudad de Florencia.
Su nombre común se debe a que sus ramas se dividen en dos, la yema apical florece o deja de crecer y brotan las dos yemas subsiguientes, que originan la horqueta. Es un árbol de bajo porte y copa tupida, con hojas perennes, opuestas y lanceoladas, cortamente pecioladas y lustrosas.
En primavera la planta se cubre de flores blancas, sumamente decorativas y con perfume agradable, cuyos cinco pétalos parecen aspas de un molino en movimiento; atraen abejas, avispas, mariposas y picaflores. Produce látex de color blanco que tiene propiedades antisépticas, utilizándoselo, entre otros, para curar mordeduras de ofidios, motivo por el cual se lo conoce como palo víbora. Su llamativo fruto atrae muchos pájaros que ayudan a dispersar sus semillas. Es una planta ideal para instalarse en ambientes degradados y favorecer su recuperación. Recomendado para veredas, plazas y reservas urbanas del NEA.