Marunceiba celebró el carnaval en Arroyo Ceibal
La comparsa del pueblo cumplió 35 años celebrando la fiesta del carnaval, moviendo a todo un pueblo y cambiando el verano.
Por Hernán Agustini
Memorias del fuego
Los inicios con tambores construidos con tachos de 20 litros y parches de radiografía todavía están frescos. Parece que fue ayer nomás. Si la Graciela Diez o algún integrante de su familia confirmaba que ese año iba a haber comparsa, sabíamos que el verano sería diferente.




Antes de que termine diciembre ya estábamos ensayando ritmos y enterándonos de algunos detalles. Orlando Bais era el encargado de la iluminación, de la logística y de ajustar esos parches caseros. Cristela Bais, diseñaba y armaba coreografías. Dani Insaurralde con Magin Bais se pasaban temas, que la batucada después pulía con Cachito Pared.
El día del estreno, cuando Abel Musin gritaba Marunceiba quedándose en cada sílaba con su voz ronca y el primer repique de redoblante llamaba a los tambores que despertaban a todas las palomas de la iglesia, el corazón explotaba de alegría y los trajes construidos con tanta dedicación en cada casa nos metían en el mayor escenario de nuestras vidas.



La llama siempre encendida
En 2023 Marunceiba volvió a mover a todo el pueblo. El ritual se volvió a cumplir, Miguel Tozi y Brian Bais alargaron las sílabas para que los tambores comenzaran a sonar, la historia no se detenga y los celulares registren imágenes hasta explotar memorias.
Más de 3000 personas participaron del público en un pueblo con un registro poblacional de 1300 habitantes. La calle se llenó de héroes y heroínas. Hombres y mujeres de Kryptón hicieron música, la Hiedra Venenosa fue reina, el caos y apocalípsis de Marvel se hicieron coreografía, el Guasón estuvo tocando una tumbadora, Batman levantando el público y el Capitán América tirando pasos.



La noche quedará por siempre en la memoria de los participantes, que serían más si se podría llegar con apoyo a todos los chicos y chicas del pueblo. Marunceiba cambia el verano del pueblo porque desde diciembre es la cita obligada de las tardes en la plaza y en las casas se piensa en trajes y confecciones.
Si creemos en que uno siempre vuelve donde fue feliz, estos chicos y chicas siempre volverán al pueblo donde una comparsa cambia el verano. El mayor legado a los que vienen detrás será sostener la comparsa en el tiempo.