Hoguera de San Juan en la casa de los Aguilar
El chamamé suena desde temprano en el patio de tierra donde las parejas bailan en círculo. El olor a choripán invade el ambiente, un colchón de brasas ilumina cinco metros de la vereda por donde hombres y mujeres ponen a prueba su fe. Es la “fiesta de San Juan” y como hace 25 años, la familia de “El Pinky” Aguilar cumple con el ritual en la ciudad de Reconquista.
Es 24 de junio y luego del “cruce por las brasas” llega la quema del muñeco donde lo viejo queda atrás y lo nuevo renace. Los promeseros dejan que el fuego consuma sus papelitos con los pedidos y agradecimientos. Los curiosos y los perros también rodean la hoguera formando parte del ritual.
“Todo va a pasar entre las 21:00 y 22:30 del viernes 24 de junio. El baile y la celebración, porque hace mucho frío para hacerlo en la víspera” adelantó “El Pinky”, que se muestra contento de que la esquina de Ludueña y Lovato vuelva a encenderse después de dos años de pandemia.

Fiesta de San Juan
El cruce de brasas que se practica cada víspera del día de San Juan Bautista, es decir el 23 de junio a la medianoche, constituye una de las prácticas paganas más impresionantes sobre todo en el Paraguay y en las provincias de Formosa, Chaco y Corrientes.
Es un acto de fe, que según la tradición popular quien tiene firme su creencia es protegido por el santo y puede pasar descalzo sobre un colchón de brasas al rojo vivo sin quemarse.
Claro que no siempre le va bien a quien se anima a demostrar públicamente sus convicciones, pero cuando sufren graves quemaduras, el pueblo encuentra los justificativos para no perder su fe.
